Para el Informe de Actividades 2023 de la Universidad Autónoma Metropolitana el árbol del Olivo representa y sintetiza vívidamente nuestro lema institucional, In Calli Ixcahuicopa – Casa Abierta al Tiempo. Simboliza la madurez, adaptabilidad, robustez y aspiración de trascendencia de la UAM; manifiesta también el dialogo transcultural e histórico de nuestra nación multiétnica y multicultural; ejemplifica la tolerancia, inclusión y la cultura de paz; en suma, es la alegoría viva de enraizarnos orgullosamente en nuestro pasado y asumir nuestra capacidad de agencia responsablemente en el presente para colectivamente construir el futuro deseable de la sostenibilidad.
El Olivo (Olea europaea) concentra en su tronco, follaje y frutos alimento, combustible y refugio, así como profundos símbolos civilizatorios.
De acuerdo con estudios arqueológicos y genéticos el Olivo se domesticó hace unos 6,000 años entre las fronteras de Turquía y Siria, de tal forma ha acompañado a las culturas occidentales desde su más remoto origen. Los griegos antiguos consideraron a este como un árbol sagrado y mágico que simbolizaba la inmortalidad, la vida, la victoria, la fertilidad y la paz, cuyo origen se encontraba en el mismo Olimpo. Desde entonces y hasta la actualidad sus ramas representan la paz, y cuando estas se arreglan en forma de guirnalda se transforman en el premio y corona de los vencedores, significando así la virtud, perseverancia y fortaleza. El Olivo tiene además la capacidad de sobrevivir a condiciones adversas, mostrando una extraordinaria resiliencia y adaptabilidad. Estas características biológicas permiten que los olivos sean arboles milenarios y asimismo sean alegorías de longevidad y robustez, e inclusive de inmortalidad. Las características energéticas de la oliva, o aceituna, la han convertido en alimento esencial y por mucho tiempo también fuente combustible; transmutándose en una representación de abundancia y fertilidad.
El Olivo es una especie endémica del mediterráneo que fue introducida por primera vez a América en el siglo XVI por los misioneros que acompañaron la conquista, y que extraordinariamente logro el viaje transatlántico y su propagación. Se cuenta con registros históricos de que muy pocos años después de la conquista de Tenochtitlan se estableció la primera plantación de olivares en varios islotes de Tulyehualco. Paradójicamente dos siglos más tarde se buscó activamente el exterminio de todos los olivos en las colonias españolas, para centralizar y monopolizar el comercio del aceite de oliva desde España. Entonces es sorprendente y fortuito que aún sobreviven en Xochimilco y Tláhuac varios ejemplares de estos monumentos vivientes.
Desde 1984 la UAM es heredera y responsable del valioso patrimonio biocultural del predio de “Las Ánimas” en Tulyehualco, Xochimilco, dentro del cual contamos con varios de olivos centenarios. De esta invaluable herencia se inspira la presente alegoría, y la aspiración de que estos olivos acompañen a la UAM por muchas décadas y siglos por venir.