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Informe de actividades 2013
operan mucho más en red y menos con estructuras
verticales, utilizando la negociación, el pacto y el con-
senso, antes que la jerarquía y la imposición sin diálo-
go. Así, el resultado, necesariamente deberá ser un mo-
delo más abierto, participativo, innovador y creativo.
En el desarrollo equilibrado de nuestra institución,
la Rectoría General hace las veces de un director de
orquesta sinfónica que, apegado a la partitura —pau-
tada por la legislación universitaria—, da el orden y
el tempo en la ejecución de la obra, aprovechando al
máximo los talentos de los ejecutantes en el momento
preciso a fin de lograr la mejor interpretación.
La UAM,
al igual que las demás instituciones de edu-
cación superior, está inmersa en un proceso complejo
con tendencias de transición hacia lo que se ha de-
nominado sociedades del conocimiento; allí destacan
los países que mejor aprovechan el recurso estratégi-
co que es el conocimiento y la innovación, como ejes
del cambio y la modernización.
Esas sociedades, altamente dinámicas en contextos
de globalización y flexibilización, requieren de pro-
fesionistas habilitados y con capacidad de aprender
en forma permanente y, por ende, de instituciones
educativas generadoras de conocimiento científico y
tecnológico de vanguardia, que además preserven y
difundan todas las expresiones de la cultura.
Esta tendencia marca los ritmos y redimensiona as-
pectos importantes de los sistemas de educación su-
perior nacionales, en un contexto donde la educación
es la principal vía para reducir desigualdades sociales
y el espacio donde se repiensa la realidad para gene-
rar nuevos proyectos colectivos, sin renunciar a su
legado e identidad.
Para la UAM esta situación representa un desafío,
pues exige la revisión de nuestro desempeño, de la
pertinencia social y política de lo que se espera de
nosotros, dado el papel central que tenemos en la ge-
neración y transmisión de conocimiento. Así, debe-
mos asumir una posición autocrítica y buscar nuevas
formas de articulación con los ámbitos público, so-
cial y productivo —por ejemplo nuevos perfiles pro-
fesionales y formas más eficientes de desempeño—,
mientras que al interior de nuestra universidad es
necesario innovar en la enseñanza-aprendizaje, pro-
ducir conocimiento de carácter básico y de aplicación
local, fortalecer las distintas formas de vinculación
con el entorno, consolidar la formación permanente
de nuestros alumnos y académicos, y lograr mayores
impactos en la difusión y preservación de la cultura.
Es indudable que debemos fortalecer las acciones que
determinan el desarrollo de nuestro modelo acadé-
mico, para estar a la altura de los cambios vertigino-
sos y de las nuevas demandas, considerando para ello
el grado de madurez que cada una de las Unidades
Universitarias presenta en los factores de desarrollo